Este miércoles 13 de abril, se casaron Vivian -una compañera trans- y Eduardo en el penal de ezeiza. Desde 100% DIVERSIDAD Y DERECHOS queremos compartir esta importante noticia porque el servicio penitenciario federal y sus pares provinciales tienen numerosas denuncias sobre el trato degradatorio, inhumano y humillante hacia el pabellón de personas trans.
Asimismo hay graves sospechas sobre los casos judiciales que involucran a personas trans procesadas o con sentencia firme no sean procedimientos donde este asegurado el marco garantista de legítima defensa, constituyendo los aspectos de exclusión que las organizaciones sociales denunciamos como “discriminación institucional y falta de acceso a la justicia”.
Basta recordar las detenciones por averiguación de identidad y la imputación de presuntas contravenciones o faltas suelen ser resultado de “arreglos” fallidos entre partes que poseen diferentes status de poder, por lo que el acceso a la justicia está en muchos casos cruzados por las condiciones de asimetría en las relaciones de las partes.
A la luz de la precariedad jurídica-normativa del reconocimiento a las identidades trans y la falta de garantías sobre los derechos fundamentales habilita cotidianamente a los agentes del servicio penitenciario para perseguir, hostigar y vulnerar la seguridad de las personas trans.
Entonces, este casamiento por parte de Vivian nos hace bien. Ayer los numerosos y curiosos guardiacárceles pudieron observar que los derechos también existen tras los muros del penal, derechos de reconocimiento que humanizan los vínculos y que garantiza el inicio de un proceso trato más justo. Tomamos esta garantía como un compromiso militante y como desafío para lograr el reconocimiento de todas nuestros derechos.